Hace unos meses publicamos en este, nuestro blog, un
artículo sobre la polémica demolición
del edificio Simago. Gracias a la colaboración de Vicente Llópiz, el cual
nos cedió gran cantidad de material para el blog y para nuestro grupo en
facebook, pudimos rescatar una serie de imágenes que de no haber sido de esta
manera seguramente habrían acabado en el fondo de un cajón como se suele decir.
![]() |
Momento de la demolición de edificio Simago |
Entre todo ese
material encontramos información referente a la demolición del edificio Simago,
situado en la antigua Carretera de Aragón, hoy calle de Alcalá, con una serie
de datos e imágenes de este emblemático edificio lo cual nos animó a redactar
el artículo anteriormente referido.
El artículo en si tuvo muy buena aceptación, y creó un poco
de polémica si cabe ya que no todo el mundo tiene la misma visión de tiempos
pasados. Pero entre todas las opiniones al respecto hubo una que tras de sí
guarda una gran historia.
La historia de una familia que nos cuenta de primera mano
sus vivencias en el barrio de Ventas. Cuando la Carretera de Aragón hacía de
Frontera entre Vicálvaro y Canillas dejando tras de sí la Villa de Madrid. Una
historia contada por su protagonista, Emma. Como sus abuelos llegaron a Madrid
a labrarse un porvenir y se desenvolvieron aquellos años en el barrio de
Ventas.
Así nos lo cuenta ella:
SÍNTESIS DE LA ÉPOCA VIVIDA POR EMMA, LA GATA DE LAS VENTAS
Soy Emma; nací el año 1936 en Madrid, criándome
en Las Ventas.
![]() |
Emma, la Gata de Ventas |
Comencé a escribir mi propia
historia a partir de los 9 años, un diario que me servía de evasión por haber nacido en una época poco corriente
para una niña; la guerra civil.
Fuimos cuatro hermanos:
tres chicas y un chico. La hermana mayor murió con cuatro años en un incendio provocado en el domicilio jugando con
un brasero eléctrico.
Desde ese momento, yo sería
la mayor de los hermanos. El único chico nació cuando nosotras teníamos ocho y siete años. Las dos hermanas siempre
hemos sido inseparables. Fuimos a la misma
escuela, juntas en los juegos y de mayores las mismas amigas, también en el trabajo y responsabilidad. Nos gustó el mismo oficio.
Siempre he sentido en
mi interior que alguien me protegía. En ningún momento de mi vida me he sentido sola. ¿Sería mi Ángel de la guarda la hermana que
murió en el incendio? ¿Ese Ángel que casi todo el mundo creemos tener? La
familia decía que Emma tenía en el brazo la
señal de la quemadura de aquel fatídico día. Yo solo tenía siete meses cuando mi hermana se
refugió en la cama donde decían yo dormía.
Recuerdo que de
pequeña hablaba muy poco, solamente contestaba a lo que se me preguntaba y me gustaba mucho observar a la gente
mayor, quería hacerme mayor como ellos.
A mi padre, aunque no era
alto, yo le veía alto y grande. Cuando fui
mayor le fui viendo de estatura normal pero muy grande en su valía como
persona.
No pude estudiar. Al ser
la mayor me vi obligada a echar una mano a mí madre en la casa, ¡Fue mi madre muy trabajadora y ayudé en lo que
pude!
Cuando aprendí a leer,
la lectura fue lo que más me evadía de la realidad de aquellos episodios, porque la gente se quejaba y lo
pasaban mal. La lectura me transportaba a otro mundo, un mundo que lo encontraba en los libros.
Yo abría el baúl que mi padre tenía cerrado para que no lo tocásemos, eran de su
época de estudiante, libros para mayores y él
pensaba que no lo podíamos entender por ser tan pequeñas.
Me atraía mucho la Edad
Antigua, la Historia de España. Leía sobre
los celtas y los iberos, fenicios que fundaron factorías, adelantos como la
escritura, la moneda, las artes etc. Todo eso para mí era demasiado y como
pensaba mi padre, la poca preparación y sin una buena base cultural, me costaba
entenderlo. Me refugié en lo único que entendía:
mi barrio y la gente de mi alrededor, que era lo más pequeño y también maravilloso.
![]() |
Familia Aguilar Galiano en Las Ventas |
He visto a lo largo de
mi vida cambios increíbles, como escribir con la pluma mojándola en el tintero con
el cuidado de no derramarla y poco después salieron los bolígrafos.
Ver los tranvías y el
cambio por los autobuses, el carbón por la vitrocerámica, los cables de la luz
por todo Madrid, los tendidos eléctricos ya cubiertos con las regletas que
estéticamente agrada, los que vendían
con sus carretas cacharros por trapos, cómo se expresaban. Los cambios en las
peluquerías, que teníamos cantidades de aparatos para hacer permanentes, con
aquel carburo, que teníamos mucho cuidado para evitar las quemaduras al cuero
cabelludo: cuando salió la permanente en frio, fue un descubrimiento
importante.
El adelanto en la
medicina con los trasplantes de órganos,
esas operaciones de corazón. En la mujer y también en el hombre trasplante de
pelo, la estética, los “botox” en la cara, que ya no se sabe si es la hija o la madre, los pechos,
que no se sabe si son naturales o postizos, las prótesis que asombran al mundo tan
necesaria.
Manos asombrosas de
cirujanos y especialistas en nuestra España. El avance en la tecnología se ha superado
en muy poco tiempo. Los móviles, que te puedes comunicar en momentos de
peligro, por excursiones, donde estés,
tan útiles dónde estás viendo a tú interlocutor. Simplemente un portátil donde
escribo y me corrige mis faltas de ortografía. ¡Maravilloso!
La mujer en mi época
no era nadie. Yo tuve suerte y mi padre respetó mis ideas, pero en general la mujer dependía mucho del machismo del hombre:
¡No hace mucho
cambiaron tantas cosas! Hace tiempo la
mujer no conducía camiones, hoy día, ambulancias y también son bomberas y
conduce tanto el hombre como la mujer. Los hombres rara vez se les veían con los
niños en los brazos, ahora los cuidan como nosotras y se ocupan con toda
naturalidad, es muy bonito verlo. Ahora voy viendo como hay mujeres que acceden
a puestos antes prohibidos para nosotras.
Aunque sé que también
teníamos mujeres en puestos de mucha importancia como Marie Curie, mujeres
independientes como mi tía comadrona desde el año 1930. Pero eso es otra
cosa: me refiero en lo general.
A pesar de tantos
adelantos como los que he enumerado y
otros que no conozco pienso que
el mayor adelanto que ha recibido el hombre ha sido el fuego; sin él no hubiera
habido nada.
Trabajé de mayor de peluquera
hasta los 26 años. Y mi vida ha sido muy interesante. He conocido muchas personas de gran valía. Mi
trabajo me ha proporcionado conocer a esas personas que no he olvidado.
![]() |
Interior de la peluquería de la familia de Emma |
La ilusión de mi vida era
ver prosperar y avanzar en los trabajos y negocios de mi familia… ¡Me tomé ese
deseo durante mi juventud!... Hacer lo
posible por mejorar y ayudar en esa época tan dura como la posguerra.
Me ha gustado siempre la
casa en la que me he criado y mi barrio de Ventas, donde desde mi ventana veía
las puestas de sol y cuando se escondía,
quedaba un cielo rojizo. Al anochecer me
gustaba el azul del cielo con tantas
estrellas.
La ilusión de mi vida es
como siempre, volver a mis Ventas. Cosa difícil pero vivo con ese pensamiento.
EMMA AGUILAR
Emma Aguilar plasma la historia de su vida en su propio blog
La gata de Ventas. Emma manda cartas a su hijo Miguel Aguilar y este a su
vez trascribe todo el contenido al blog de Emma que hasta ahora cuenta con un
total de 23 entradas.
Así pues comparto el Blog de Emma la Gata de Ventas con
todos mis amigos y vecinos del barrio de San Pascual y espero que disfrutéis con
el tanto como yo.
Por último agradecer a Emma,
a Sebastián Aguilar, su marido, y
por supuesto a Miguel, su hijo, la colaboración
con nuestro blog y les deseo de todo corazón que algún día puedan ver cumplido
su sueño de volver a sus Ventas
¡Muchas Gracias Emma.!
Enlaces de interés: